Hace
poco iba caminando por la calle y un grupo de hombres le decían a una
adolescente “ahí viene carne fresca” “Estas buena mi amor”, y esto desde el
punto de vista de ser devoradas sexualmente.
Las
normas culturales de la masculinidad machista en nuestras sociedades, fomentan
una sexualidad depredadora en los hombres. Las mujeres y las niñas son vistas
como presas para ser cazadas sexualmente. Entre más mujeres se atrape, mejor.
Incluso pagar por sexo es otra manera de conseguir “hembras”.
Los
clientes-explotadores quieren satisfacer sus deseos sexuales y sus deseos de
poder al involucrarse sexualmente con niñas, niños y adolescentes. Debido al
machismo inculcado, el sexo con personas menores de edad es percibido por
muchos como más excitante, con la ventaja que pueden controlar mejor a su
víctima, es decir “moldearla o hacerla a su modo”. Así se sienten más seguros.
Además algunos creen que con las niñas, niños y adolescentes tienen menos
riesgo de contraer una infección de transmisión sexual.
- En una encuesta de hombres realizada en Brasil, Chile, Croacia, India, México y Rwanda se encontró que entre 16 y 56 % de los encuestados admitieron haber pagado por sexo al menos una vez en la vida. Los hombres con menos nivel escolar, con menos actitudes igualitarias de género y que reportan menos satisfacción sexual con su pareja actual tienen más probabilidades de haber pagado por sexo.Fuente: Evolving Men: Initial Results from the International Men and Gender Equality Survey (images). 2011.
Para un hombre machista la
virginidad de una mujer es un “trofeo” que quieren conseguir siendo el primero
en acostarse con ella. Es considerado un “fruto codiciado”. Con respecto a
esto, hay diversos estudios que mencionan que la mayoría de explotadores y personas
que pagan por sexo con adolescentes son hombres.
En un estudio sobre la motivación
de los hombres explotadores sexuales, un entrevistado explicaba esta mentalidad
machista de la siguiente manera:
- “Un hombre que va a tener sexo pagado con una mujer de 30 o 25 años se imagina: ¿Cuántos hombres habrán estado con ella?; Dice el hombre: Si puedo agarrar una de 18, que hayan pasado menos hombres por ella, pues mucho mejor para mí. Como dicen: ´Carne fresca´. Y si puedo con una de 16 que ha tenido menos hombres en su vida que una de 18, pues mejor, dice el hombre. Y creo que ahí va hasta que se llega al extremo: una de 14, una de 12.
Los y las proxenetas e
intermediarios están principalmente motivados a explotar sexualmente para ganar
dinero y si es posible enriquecerse a cota del cuerpo y la dignidad de las
niñas, los niños y adolescentes. Consideran el cuerpo como una mercancía que
con su venta, una y otra vez, se le puede sacar bastante ganancia. La mayoría
de los proxenetas también son hombres, porque acumular dinero en forma excesiva
es otra demostración de hombría y de éxito social.
Ningún hombre nace con estas
tendencias, sino que es presionado desde niño a demostrar su hombría usando la
violencia sexual. En el fondo, la causa fundamental es la desigualdad de poder.
Esta desigualdad facilita el abuso de este poder por parte del hombre, que está
en superioridad y ventaja frente a la persona menor de edad. Por esta razón es
que existen algunas mujeres que en posiciones de poder se vuelven clientes-explotadoras
sexuales. Basada en su mayor estatus social, económico o de otra índole estas
mujeres también pagan por sexo, directa o indirectamente, con personas
adolescentes.