10 de marzo de 2013

¿Cómo operan los explotadores sexuales?


Ellos y ellas actúan de diferentes maneras. En primer lugar, tienen mucha habilidad para detectar a las niñas, niños y adolescentes que más fácilmente podrían engañar. Necesitan convencer de alguna manera a las potenciales víctimas para finalmente atraparlas. Se aprovechan de sus necesidades, logran seducir y engañar a niñas, niños o adolescentes de cualquier clase social, porque saben que este sector también tiene carencias de afecto y conflictos en sus hogares. Logran seducirles con objetos caros porque estamos en una sociedad consumista, en donde todas y todos están expuestos a las “tentaciones” del mercado, que instiga a andar el celular más moderno, el zapato de mejor marca, entre otras cosas.

Entonces los explotadores pueden prometer el cielo y la tierra, y comenzar a darles algunas cosas, tales como trabajo, educación, entretenimiento, obsequios con tal que sus víctimas caigan en la trampa. Muchas veces los proxenetas ofrecen la “protección” a sus víctimas, manipulando su sentido de vulnerabilidad o la falta de afecto que sienten. Llega un momento en que los explotadores utilizan el chantaje, la violencia psicológica,  amenazas de violencia física y el uso obligatorio de alcohol y otras drogas para asegurar que la niña, niño o adolescente pierda cada vez más el control de sí misma.

Con la propagación del internet, los teléfonos celulares y otras tecnologías los explotadores tienen nuevas maneras de reclutar a sus víctimas. Ahora pueden tomar fotos a los niños, niñas y adolescentes y subirlas al Internet para sitios de pornografía.

También logran el primer contacto a través de redes sociales como Facebook o los correos electrónicos, se hacen amigos, acuerdan verse en un lugar y luego las raptan o chantajean para obligarlas a realizar actos sexuales.

Es común, que con falsas promesas de trabajo logran reclutar a las víctimas, ya sea para trabajar en las cabeceras departamentales, en la capital o en otros países. Les pueden ofrecer ser modelos, artistas o cualquier otro trabajo atractivo. Sin papeles, ni dinero, las encierran en algún burdel disfrazado de negocio. Cuando es dentro del mismo país, este traslado de un lugar a otro recibe el nombre de trata interna con fines de explotación sexual comercial, y cuando es a otros países, se llama trata externa con fines de explotación sexual comercial.
Otra forma utilizada especialmente con hombres adolescentes, pero también con mujeres adolescentes, es a través de ofertas de reclutamiento para equipos deportivos fuera de sus comunidades, utilizando la fantasía de ser héroe o campeón. Su introducción en la ESCA puede ser percibida inicialmente por los adolescentes, como la “buena vida”, y pueden prestarse a la explotación sexual sin darse cuenta. Pronto a través del uso de la violencia y el secuestro muchos de ellos, son aislados y atrapados en burdeles, lejos de gente que les puede ayudar.

Por ello, estemos ¡alerta y pilas puestas! contra los explotadores sexuales.